La importancia de llamarse vicepresidenta

Publicado en coachability foundation

Tras varios días, eternos, de recuento. Tras varios años, eternos, del ridículo y absurdo de ver a un esperpento, histriónico y desmesurado personaje haciendo de presidente de uno de las primeras potencias del mundo. Tras un año de noticias espantosas y de una generalizada sensación de ansiedad. Al fin: una buena noticia. Biden se imponía a Trump, convirtiéndose en el 46 Presidente de los Estados Unidos de América. Con él, otra buena noticia: Kamala Harris se convierte en la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos.

En la cuenta de tweeter de Kamala, se mantiene fijado un video en el que dice “While, I May be de First, I wont be the last” (puede que sea la primera, pero no seré la última).
Cualquier niña de cualquier punto entre Nueva York y California, cualquiera esa noche pudo soñar que quizás, de mayor algún día podría ser Vicepresidente de su país.

Esa es la importancia de tener referentes. El camino que algunas mujeres hacen, con mucho esfuerzo y trabajo y contra un sistema patriarcal que en cada escalón les pone dos millones de minas, no solo es un logro para la historia, sus vidas y carreras. Es una pequeña brizna de posibilidad. Aquello que ha sucedido es algo que puede volver a suceder, algo que puede volver a sucederte a ti. Algo por lo que luchar.

Tener referentes normaliza los logros. 1 sola mujer astronauta es un hito, 50 es una normalidad.
Elizabeth Blackwell fue rechazada por 12 universidades antes de conseguir graduarse en la escuela de medicina de la Universidad de Geneva, al oeste de Nueva York, en 1849 con las calificaciones más altas de su generación. Aún así, no fue aceptada en ningún trabajo en Estados Unidos y tuvo que trasladarse a Francia donde le aconsejaron estudiar obstetricia. Así lo hizo. De vuelta a Nueva York, tras mucho trabajo, fundo la Escuela de Enfermería en 1957 ampliándola a una de medicina posteriormente. En 1899, 364 mujeres se graduaron en esa escuela. Y a partir de ahí las mujeres, en todo el mundo, reclamaron su derecho a ser médicas.
Blackwell fue la primera, referente y ejemplo que propició que miles de mujeres se atreviesen a cumplir sus sueños.

Tsai Ing-wen (Taiwán), Jacinta Arden (Nueva Zelanda) y Angela Merkel (Alemania) son algunas de las mujeres que actualmente lideran países, además con una respuesta eficiente ante la pandemia. La presencia de mujeres en cargos de decisión política es importante y esencial para conseguir que este mundo deje, de una vez y por todas, de intentar silenciar lo que pasa con su 50% de habitantes.

La importancia de Llamarse Ernesto, a la que hace referencia el titular de este artículo, es una comedia de Oscar Wilde sobre las costumbres y seriedad de la sociedad, con sus tópicos y típicos y sus difíciles posturas ante el cambio. Con Biden al fin, los que pensamos que un mundo progresista es posible, hemos ganado una batalla. Con Kamala las mujeres de todo el mundo hemos dado un paso adelante hacia el cambio y hacia la igualdad.